Pues si, como bien decía La Buena Vida, Miles Davis suena...en mi imaginación. El 14 de Noviembre de 1967, La Vanguardia en su página 51 dedicaba una columna a la sorprendente fuga que había protagonizado Miles Davis el día anterior en el II Festival Internacional de Jazz de Barcelona. Ya había cobrado, eso si. Léedlo, no tiene desperdicio.
MARTES, 14 NOVIEMBRE 1967 LA VANGUARDIA ESPAÑOLA Página 51
EL II FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ
La fuga fraudulenta de Miles Davis
produjo un final inesperado
Para que nada faltara en el II Festival
Internacional de Jazz de Barcelona
se hubo de producir la inexplicable
desaparición de Miles Davis, horas
antes de su primer concierto, después de
haber llegado con unos días de antelación
a Barcelona albergando el propósito
de «ambientarse» de España y del
festival barcelonés. Miles Davis percibió
por anticipado el importe correspondiente
a su actuación, dejó a cargo
de la organización del Festival la cuenta
de varias compras importantes que
efectuó en diversos establecimientos comerciales
de la ciudad, y tomó repentinamente
el avión de Nueva York dejando
abandonados sin explicación ninguna
en el hotel barcelonés a los cuatro
restantes miembros de su quinteto y
a su representante, sumidos en la más
oscura perplejidad.
Y así, el Festival Internacional de
Jazz de Barcelona tuvo un final inesperado.
Actuó, como estaba previsto,
el cuarteto de Rolf y Joachim Kühn,
en la primera parte y la segunda fue
cubierta por los cuatro miembros del
decapitado quinteto de Miles Davis
(a quienes hubo que «volver» a pagar
por su actuación), y se dio al final una
«jam-sessión» improvisada, para la que
se prestaron desinteresadamente los excelentes
solistas Natbam Davis, Pony
Poindexter, Dusko Goykovich, Bent Jaedig,
Tete Montoliú, Milán Pilar y Makada,
todos los cuales quisieron ofrecer
una muestra de solidaridad con el festival
y con el defraudado público de
Barcelona ante los muy numerosos espectadores
que decidieron dar una lección
a Miles Davis tomando sus localidades
normalmente a pesar de la información
de su huida. Estos músicos
fueron muy calurosamente aplaudidos.
El cuarteto de los hermanos Kühn
(Rolf, clarinete, Joachim, piano, Bab
Guenin, contrabajo y Aldo Romano, batería)
practica una música especial
de muy difícil catalogación. Como jazz
cabría situarlo en la estética de vanguardia
pero es que tiene poco de jazz auténtico
y como música simple no puede
considerarse como vanguardista,...
Antonio
viernes, 14 de noviembre de 2008
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