lunes, 16 de febrero de 2009

¿Y si fuera que no funciona...?


Interesante editorial el que encontrábamos en el diario "Público" de ayer. Os reproducimos aquí algunos de sus fragmentos más relevantes. Tal vez os lleve a reflexión...

(...) Para el filósofo alemán (Marx), la verdadera libertad exige democracia y es incompatible con el capitalismo. El capital oligárquico rompe la igualdad social y deja sin poder político efectivo al supuesto pueblo soberano en el seno de una sociedad clasista, basada en la apropiación privada minoritaria de unos bienes de los que depende, irracional e injustamente, el trabajo y la vida digna de millones de personas. Esa sería la contradicción principal del capitalismo, que le llevaría a morir de éxito. Obligados por su lógica interna de crecimiento ilimitado del lucro a costa de la fuerza de trabajo, la mundialización de su poder (a la que, por fin, ha llegado) se volverá impotente, pues el expolio le dejará sin objeto expoliado: una humanidad miserable o el planeta mismo. ¿Acaso no lo demuestra, como anticipo, la presente quiebra del casino financiero especulador ante el impago de un público azuzado al consumismo y a hipotecar su vida para que el capital no sufra su contradicción suprema: la superproducción invendible, aquella que la gente no puede comprar con el salario que recibe, es decir, la famosa plusvalía denunciada por Marx?
(...)

Es significativo comprobar que la ideología del capital se ha impuesto de tal modo que yo no conozco ningún análisis de la crisis actual que vaya al fondo de la cuestión. Los economistas dan por bueno el sistema en sí mismo, pues creen, errónea o cínicamente, que responde a leyes científicas, eternas e inviolables, de una economía abstracta y matemática; no, como demostró Marx, al servicio justificante de unos intereses históricos minoritarios, egoistas e injustos, que han producido y producen auténticos genocidios cada vez más extensos. Todo el debate actual gira sobre excesos, fallos y corrupciones accidentales de unos simples ejecutivos codiciosos, no impedidos suficientemente por el absentismo de los poderes públicos. Si se corrigiesen, el capitalismo "bueno", el "clásico", volvería a funcionar. Bastan unas meras reformas de su funcionamiento y el pago de sus errores a bancos con grandes beneficios o botines, y a empresas antisociales mediante mayores impuestos y reducción de servicios públicos básicos a las clases medias y subalternas, justo las más expoliadas.

Esto resulta tan incoherente como culpabilizar a la Cope absolviendo a los obispos. Y es que los Estados sufren el chantaje capitalista del síndrome de Sansón. Si se somete el poder económico del capital al democrático, le pasará a la ciudadanía lo que al gigante bíblico: derribó las columnas del templo, pero acabó sepultado bajo sus ruinas.

(...)


Yo ya te lo dije

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy bastante de acuerdo en, casi, todo. Hay algunas cosas que me gustaría que discutiésemos con una cervaza delante. Saludos Yo ya te lo dije.

Pasmarote