viernes, 25 de febrero de 2011

CR10


Christina Rosenvinge, Sala Mirror, Valencia, 24 de febrero de 2011.

¡No digan Cristiano Ronaldo, digan Christina Rosenvinge! ¡Y tampoco digan 7, digan 10! Porque esa es la nota que se merece esta señorita a la que los años han ido poniendo en su sitio a base de constancia, actitud y -sobre todo- talento. Y así lo demostró anoche en la sala Mirror de Valencia, donde iniciaba la gira de presentación de "La Joven Dolores", sin duda, su mejor trabajo (aunque en yoyatelodije seremos siempre de la trilogía anglosajona).

Ante un variopinto público de unas 300 personas, donde fácilmente podríamos haber encontrado la excepción a la teoría de los 6 grados (¿¡qué tendrá esta mujer para gustar a tantos públicos!?), la madrileña nos ofreció su mejor actuación hasta la fecha en Valencia. Las claves: una hora y media de un repertorio basado casi integramente en sus dos últimos trabajos y un sonido realmente exquisito.

Con "Jorge y yo", tema dedicado a ese hermano que le regaló sus primeros discos, se abría el show y el fusilamiento fotográfico. Tan contundente como en la grabación,"La joven Dolores" desfilaba convincentemente. En su camino se sucedieron -cito de cabeza y no en orden- "Weekend", "Mi vida bajo el agua", "Eva enamorada", "Tu sombra", "Nuestra casa", "La noche del incendio" o "Debut", prácticamente el álbum al completo, destacando "La idiota en mi mayor" que cerró el set previo a los bises.

Entre las concesiones, enriquecedoras más que rompedoras, protagonismo para "Tu Labio Superior" con "La distancia adecuada", "Anoche (el puñal y la memoria)" o "Tu boca". También tuvieron su momento"A contrapelo", con una Christina brillante al teclado, y ya casi acabando "No lloro por tí".

Para cerrar, volviendo con Dolores, "Canción del Eco"-introducción mitológica incluída-, que reafirmó su título con los coros de un público más que satisfecho con el show.

Yoyatelodije

1 comentario:

siciliapop dijo...

Puedo dar fe de que el que firma la crónica es ferviente admirador de la trilogía anglosajona. Él, y casi sólo él, es de los que siempre han apostado por el potencial de la Rosenvinge y es por eso que ahora se sorprende con esas alabanzas que antes parece que se le resistían...(y hasta ahí puedo leer, seré diplomático).

Yo ya te lo dije