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Serge Gainsbourg, nacido Lucien Ginsburg, el artista integral, el fumador empedernido, el mujeriego, el pintor frustrado, nos dejó hace hoy 20 años y no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar a uno de los artistas europeos más importantes del siglo XX.
Gainsbourg era judío y parisino de nacimiento, pero de origen ruso. Origen que se podía intuir en sus primeras composiciones, en una época en la que se forma intelectual y vitalmente. Trabajó en un cabaret, donde tenía al alcance de la mano dos de sus grandes pasiones, la música y las mujeres, para alguna de las cuales componía piezas de tinte clásico. Allí descubrieron que su talento sobrepasaba lo habitual y le animaron a defender él mismo sus creaciones. Terminó la década de los cincuenta siendo comparado con Cole Porter por Boris Vian, casi nada.
Pronto, sin embargo, se dejó seducir por los ritmos más frenéticos de la década en curso -los sesenta- y compuso multitud de canciones para intérpretes del más distinto pelaje, desde Juliette Grecó, France Gall, Petula Clark, Brigitte Bardot o Jane Birkin, que se convertiría en su pareja y con quien tendría a su hija, la cantante Charlotte Gainsbourg.
También el propio Serge se atrevió a interpretar sus piezas, a la vez que aparecía en múltiples películas, llegando a dirigir él mismo alguno de los títulos.
Llega 1971 y con él su álbum clave "Histoire de Melody Nelson". A estas alturas Gainsbourg ya almacenaba una gran cantidad de canciones imperecederas. Desde el eurovisivo "Poupée de cire, poupée de son", "Bonny & Clyde", "Les Sucettes", hasta "Je t'aime... moi non plus", porcitar sólo unas cuantas.
Con los setenta llegan también los primeros problemas graves de salud para el parisino, que no dejó por ello de fumar y beber sin moderación. Es también entonces cuando Gainsbourg coquetea con más generos. Además de hacer diversas bandas sonoras, se adentra en territorios funkies y jamaicanos, afrocubanos y jazzies. Nada se le resistía y casi siempre salía airoso.
La posterior década nos presentan a un Serge completamente alienado y consumido, su alter ego, "Gainsbarre", le sustituye en actos públicos,donde aparece ebrio y desaliñado, algo inusual en el coqueto Gainsbourg, lo que no hace más que alimentar su leyenda de alcohólico poeta maldito.
En 1991, trar su quinta crisis cardíaca, el corazón de Serge Gainsbourg se detuvo para siempre el 2 de marzo de 1991, dejando tras él una obra descomunal. Brindemos y fumemos todos a su salud.
Yo ya te lo dije
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