Extraperlo

El debut de los barceloneses Extraperlo, "Desayuno continental" (Mushroom Pillow, 2009), es diferente. Es un disco de ahora, muy de ahora, pero con ingredientes de grupos de antes, de una camada de bandas poco reivindicadas, y sin embargo tan reivindicables (en España, me refiero).

Extraperlo aseguran que han estado escuchando mucho del indie británico más elegante de los ochenta. Discos de Prefab Sprout, Orange Juice, The The o The Pale Fountains han sido devorados ávidamente por este joven cuarteto, y con este sabroso menú como base, añadiéndo una pizca de la polirritmia de Vampire Weekend (si, el consabido afro-indie), el "savoir faire" de Golpes Bajos y un pretendido tono costumbrista y local (Julio Bustamante les debe encantar), han firmado un álbum absolutamente redondo.

Este grupo, nacido en 2004, venía de la tradición indie más clásica. Yo la tengo, Sonic Youth y Los Planetas siempre se divisaban en su horizonte , sin embargo, cuando se abrieron a otros sonidos más orquestados parecieron tenerlo claro. Ellos querían sonar así y lo han conseguido. Además, esa evolución parece no detenerse. Se trata de cuatro jóvenes absolutamente inquietos que prometen no cesar en su empeño de un reciclaje contínuo.

Son once las canciones que componen este "Desayuno continental". Once cortes arreglados exquisitamente, con canciones sumamente trabajadas y con colaboraciones de campanillas, como el ubícuo Pablo Díaz-Reixa (El Guincho) o Cristian Palléja (Nisei), que procuran una escucha sumamente placentera y en el que, como dicen ellos mismos, ocurren cosas constantemente.

Líricamente son también muy avispados los chicos de Extraperlo. Componen de una amalgama a base de bañadores, palmeras, cocktails, insomnio y montañas con ese tono tan personal, serio y desenfadado, bastante veraniego a la vez. De hecho, "Entre las plantas" sería una gran canción del verano, pero ya, ya sé que no va a pasar...


Antonio