lunes, 4 de mayo de 2009

Diane Arbus


Diane Arbus nació el 14 de marzo de 1923 en Nueva York, en el seno de una familia acomodada. Sus padres eran peleteros judíos de la Quinta avenida: creció en un ambiente de riqueza y sobreprotección. A los 14 años conoció a Allan Arbus, de 19, instruido en el oficio de la fotografía. A los dos años se casó con él, desafiando a sus padres. Después de la boda el país entro en la segunda guerra mundial y Allan fue alistado.

Al regreso de la guerra el matrimonio decidió convertir la fotografía en su medio de vida y abrieron un estudio en el cual trabajaron con éxito durante más de 10 años, haciendo campañas publicitarias y de moda para revistas como Vogue y Harpers`s Bazaar, entre otras. Y tuvieron dos hijas.

Diane trabajaba como ama de casa y asistente de su marido, pero su rol dentro de los parámetros preestablecidos por la sociedad la hacían oscilar entre etapas de depresión profunda, miedos y represiones: se sentía "rara" circulando dentro de esa vida, detestaba la cuidada imagen publicitaria, el mundo de la alta sociedad y el show business.

Pasados los 30 años comenzó a sentir que tenía que ser fiel a si misma, que debía plasmar su mirada, su ser interior. Y comenzó a aventurarse por el metro de Nueva York para pasar horas observando el comportamiento de vagabundos, artistas callejeros y "freaks" (fenómenos).


Luego decidió dejar de asistir a su marido para comenzar con un trabajo autoral. Así fue como comenzó estudiar con Lisette Model, quien la alentó a concentrarse en fotos personales, en un realismo crudo, en captar la parte para llegar al todo. Mientras su matrimonio comenzaba a deteriorarse, salía a recorrer las calles más marginales de Nueva York en busca de personajes singulares. Salía al encuentro de lo bizarro. Entablaba charla con prostitutas, linyeras, travestís, enanos, deformes, discapacitados, personajes pesadillescos, les explicaba su pasión por la fotografía y luego los convencía en dejarse retratar.

Sintiéndose afuera de la sociedad en la que vivía, e inspirada en la obra de Tod Browning: "Freaks", (film que narra las vicisitudes de una pareja de enanos que vive en un circo) sale a retratar a los que ella llamaba "sobrevivientes". Su obra se va enriqueciendo con fotos de asilos psiquiátricos, nudistas, gemelos, negros, discapacitados, todos los dejados de lado por el "sueño americano".

Según Patricia Bosworth (biógrafa de Arbus) esos seres siempre habían sido para ella motivo de atracción, de reto y de terror porque constituían un desafío a innumerables convenciones, ella decía que para ellos todo sucede como en un cuento de hadas. Los freaks nacieron con sus traumas. Ellos ya han pasado su prueba en la vida.

Arbus trabajó el blanco y negro, todos sus modelos miraron siempre a cámara y fueron iluminados con luz directa. Para ella el tema a fotografiar era más importante que el cuidado de la imagen. Por eso su estética solía ser descuidada. Será por esto que Diane dudaba de su talento, pensaba que lo suyo era cuestión de suerte y sufrió durante toda su vida de depresiones profundas.


En la década del 60, la fotografía de Arbus comenzó a atraer las miradas de la comunidad artística, recibió dos becas Guggenheim en 1963 y 1966, colaboró con retratos en la revista Harpers´s Bazaar, expuso en la muestra colectiva "New Documents" en el Museo de arte Moderno de Nueva York, y su reputación empezó a ser reconocida a nivel local, como pionera del nuevo estilo documental. Pero en 1971 se suicida. Un año más tarde se convertía en la primera fotógrafa norteamericana cuya obra se exponía en la Bienal de Venecia.

Su mirada sobre el mundo trascendió los estereotipos culturales que la época imponía a las mujeres cruzado la barrera de lo convencional. Su trabajo es tomado como referencia de muchos otros artistas. Su reputación mundial la llevó a estar entre las pioneras del nuevo estilo documental. Fue una de las fotógrafas más grandes del siglo XX.


Texto cedido por "Mujeres sin Fronteras".


Yo ya te lo dije.

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