miércoles, 4 de marzo de 2009

Sixties Rock Weekend (la crónica)



Desconozco el balance económico de la primera edición del Sixties Rock Weekend, lo que si sé es que fue un rotundo éxito artístico y organizativo. Un fin de semana de profundo sentimiento sixtie, desde el orgullo y sin complejos. Una visión actual de la década dorada desprovista de nostalgia mal entendida o clichés de postal rancia la de un festival en el que, pese a las ausencias de última hora, Yo ya te lo dije estuvo presente.

En lo musical, indicar que la sala Magic Box del Auditori de Castellón sonó de maravilla durante todo el fín de semana y que las bandas que fueron desfilando por el escenario dieron todo de sí mismas. El festival lo abrían los jefes, Los Buhos. No llegamos a tiempo, pese a que el Clío lo pusimos a todo lo que daba. El jodido tráfico. Nos comentaron que fue una gran actuación la de Iván y los suyos. A continuación salían al escenario Fortune Tellers con su pop de guitarras poderosas con esos aires entre sixties y britpoperos. Homenaje a los Kinks con sus "días" y final apoteósico con "She's my pride" cara a de su último single. Muy buenos y con un frontman fantástico. Al día siguiente tocaban en Albacete, ¿Los vistéis?. Después era el turno de los Zodiacs (en pleno proceso de consagración). El trío vasco-madrileño derrochó mucho cuero y sudor. Rock sucio y ecos de los Strokes y Tequila. Muy de ahora, simpáticos y entregados. El mejor momento fue ese "Una chica normal" coreado por gran parte del animoso público. Para cerrar el escenario la primera noche teníamos a The Right-Ons. El quinteto madrileño no dio tregua. Dotan a su rock primario de acordes afilados de evidentes toques de negritud. Cuando aparecieron, una chica dijo "parece Bruce Springsteen en calorro" (en referencia al lider del quinteto), pero después la ví menear su cuerpo como una posesa ante semejante demostración de virtudes. Casi salen a botella de vino por cabeza sobre el escenario y lo dieron realmente todo. El estribillo de "Rocks" (Primal Scream) calzaba perfecto en algunos momentos. Las tareas vocales las fueron turnando, incluído el inspiradísimo batería. Imposible no bailar. Sensacional. Esperamos que les vaya bien en su próxima gira por Estados Unidos.

La segunda jornada la inauguraban The Zombie Valentines. El cuarteto dio muestras de madurez con ese beat ibérico de guitarras, que asentado en la mejor tradición podía recordar un cruce entre los Cheyenes y los Negativos, pero con algunos ramalazos más garajeros e incluso rockabillies. Ideales para abrir fuego. Tras ello llegaron los barceloneses The Gurus. El trío, efectivamente, ha endurecido sensiblemente su sonido, sin embargo, siguen presentes en sus canciones los Beatles, The Jam y algunos desmanes psicodélicos desde la planta trece. Pese a dar muestras de sus buenas maneras, no supieron transmitirlas al público que parecía reservarse para lo que vendría después.

Y éstos no sería otros que Los Imposibles. Leyenda sixtie desde la capital. El grupo de mayor recorrido de todos los presentes en el Sixties atacó de inicio su último álbum para repasar después casi toda su discografía, llegando a bromear con lo poco que han vendido sus (estupendos) trabajos. Estrenaron un tema en exclusiva mundial. Estuvieron muy sueltos, sonaron compactos y demostraron porque continuán en el podium del pop sixtie patrio (¿en lo más alto?). Con canciones de la envergadura de "Marijane 's gone", "El niño mosca", o "Una vez más" será dificil desbancarlos. Grandes.

El aumento de público se notaba considerablemente a estas horas de la noche, y es que es conocida la aficíon de buena parte de la juventud castellonense por el garage, el punk, el rock "a lo Faces" y, en definitiva, los sonidos más vigorosos. Al dar inicio el show (vale, el chou) de Diamond Dogs la sala registraba una asistencia más que considerable. El escenario de la sala Magic Box del Auditori se les quedó pequeño. Rock de estadio en la tradición stoniana. El cantante y lider, Sulo Karlsson, cruce del propio Jagger con Rod Stewart se cambió hasta tres veces de vestuario y si, cuenta con una voz privilegiadísima. Además se encuentra muy bien arropado por un sexteto que demostró su solvencia haciendo sin él una versión de Bob Dylan, "Like a rolling stone", frenética. También se acordaron de Geoge Best y Wilko Johnson (Dr. Feelgood). Karlsson se mezcló entre el respetable, manteniendo siempre la pose rockista muy presente. El público estuvo muy entregado durante toda una actuación que a mí, personalmente, se me hizo algo larga, pero siempre reconociendo las excelencias de un concierto arrollador que incluyó canciones de los seis álbumes de los suecos. En los últimos temas se podía ver como los más puristas se iban a la zona trasera para descansar y tomar fuerzas para el segundo de los allnighters que estaba a punto de dar inicio.

El domingo era la jornada de resaca, aunque nadie lo hubiera dicho ante la actuación de Chest. El concierto con menos público del festival fue, sin embargo, para mí, uno de los mejores. Los barceloneses dieron muestras de ser los que mejor tienen asimilados los estándares mods. Sonaron realmente bien, organizando la actuación en bloques. La primera parte en inglés, después castellano y otra vez en inglés. Alex, cantante e hiperactivo letrista de Chest, podría haber vuelto a Barcelona con todo lo que anduvo sobre el escenario. A veces me recuerda en la dicción a Mike Kennedy. Albert Gil, leyenda modernista, parecía disfrutar, al bajo, con la propuesta (powerpop) de su banda, que versionó el "Nadie te quiere ya" de Los Brincos. Todo muy mod, coros pseudo-hooligans a lo Secret Affair y un buen puñado de buenas, muy buenas canciones. Al final instaron a las chicas más monas (que se dejaron) a terminar bailando sobre las tablas (provocando la "espantá" de las más tímidas ante la perseverancia de Alex).

Tras ellos aparecieron Stay con disco nuevo bajo el brazo, "Fruits de mer, vol.3". Si te gustan los Beatles, la psicodelia e incluso...Oasis y Kula Shaker, estoy convencido de que éste puede ser uno de tus grupos. Los jóvenes barceloneses dieron muestras de capacidad y de clasicismo en un set inmaculado. Versionaron a los Stones y terminaron con dos instrumentales arrebatadoras. El bajista nos disparó a todo el público con su bajo, literalmente, antes de sumirse en el éxtasis en la penúltima pieza. Concierto de manual con colaboración eventual a la pandereta, la armónica y las gracietas.

Eran más de las nueve y llegaba el turno para el segundo grupo autóctono. Miss Black Emotion. Nada más verlas pensé que parecían las Supremes (de Móstoles) y al final casi me creo que son las de verdad. Impresionante caudal de soul del más clásico. Soul de ayer, de hoy y de mañana (como se encargó de matizar una de las tres vocalistas en referencia al estado de buena esperanza de una de sus compañeras). Algunos miembros del grupo (integrado por hasta once miembros) que buscaban la complicidad del público, algún amigo que les informara de cómo iba la cosa, no daba crédito a la respuesta de un respetable totalmente entregado a sus composiciones (mención especial para "Freedom change my mind" y "Fools") así como a su apropiación de algunos clásicos (Gloria Jones o The Exciters). Metales, camisas con chorreras, y, como la madre de una de las vocalistas (la futura mamá) nos comentó, "levantan a un muerto", y vaya que si lo hacen. En las fiestas de la Magdalena tocan gratis en su ciudad, si andas cerca no te los pierdas. Desgastarás tus suelas, asegurado.

Por último, salían al escenario, directos desde otra época, The Madd. El plato fuerte del festival llegaba cuando éste casi empezaba a cerrar sus puertas. Los de Rotterdam no parecen de nuestro tiempo. Su garage beat es lo mejor que ha salido de los Paises Bajos desde los Outsiders. Que manera de abordar las canciones, que desparpajo, que actitud. Simpáticos, animados, imagen impecable (probablemente suyo es el "premio" al mejor vestuario) y un repertorio cuidadísimo. Hicieron suyos muchos temas ajenos, desde los Easybeats a Brigands, pasando por los Everly Brothers o Jean Laluope. The Madd te hacen estar deseando desde el minuto uno de su actuación que no se acabe nunca, porque es entonces, cuando los holandeses están delante de tí, cuando el cuarteto ataca esas maravillosas canciones, que te hace pensar que todo ha merecido la pena, que los sesenta están ahí delante de tus narices y que no quieres que se vuelvan a ir nunca más...

Comentar que los pinchadiscos también estuvieron a la altura de las circunstancias. En la primera jornada predominó el soul, siendo el beat y el garage el dueño de la segunda. Para el domingo quedaron sonidos de hoy con la mirada puesta en nuestra década preferida alternados con éxitos (y no tanto) de entónces.

El festival también contó con proyecciones cinematográficas, las ya conocidas "Tommy" y "The kids are allright" de The Who y el documental de la televisión catalana "La vida es pop", que describe la vida cotidiana de dos parejas de mods, de cuatro valientes entusiastas de una época gloriosa. Curioso. Por cierto, teníamos a uno de los protagonistas en la fila de atrás. Por otra parte, en el hall del Auditori disfrutamos del habitual mercadillo y la exposición de Susi.A (dedicada a las chicas Bond) y de Max Mala. Arte sixtie en estado puro. Lo que si se vió condicionado por las inclemencias meteorológicas fue el rally, el scooter y mini run.

En definitiva, un fin de semana intenso y apasionante el vivido en Castellón. Muchísimas gracias a la organización por el trato dispensado y esperamos poder vernos en la segunda edición.

¡Larga vida al Sixties Rock Weekend!

Fotografía:Mercedes

Antonio

2 comentarios:

david deive dijo...

Me hubiera gustado estar allí, sobre todo por los Diamond Dogs. Me ponen la mente turbia. Si algo les envidio a las capitales es el contar con eventos rocanroleros a menudo y en salas decentes.
Un saludo

http://davideive.blogspot.com/

Anónimo dijo...

La verdad es que fue un gran festival, esperemos que el año que viene te puedas desquitar en la segunda edición...Y si, los Diamond Dogs hicieron un concierto soberbio. Un saludo, David.

Antonio