miércoles, 8 de julio de 2009

Talento siciliano


Alberto Barbagallo (aka “il leone”) es un escritor mesinés, con el aspecto de un bluesman, con una novela inédita y un discurso sumamente particular. Ha elegido un camino muy concreto y, pese al evidente riesgo, afronta cada jornada con su particular visión inquebrantable. Es un poeta integral, un incomprendido, bebedor y mujeriego, que abandonó una vida pulcra y regular para alcanzar sin remedio alguno el otro lado, donde ahora se encuentra instalado, cómodo y sereno. Sus reflexiones son dignas de toda mi atención, sus conocimientos infinitos sobre la cultura siciliana suponen una lección contínua. Piensa que la explosiòn producida en torno a la reciente obra de Roberto Saviano es como cuando él mismo recita a Shakespeare en el baño cada mañana, mucho ruido que no sirve para nada.

Trabajamos juntos en una estructura maniquea. Es la más bonita, es la más desaprovechada, es donde puedes encontrar a más tarados. Sin embargo, su visión critica y bastante nihilista, lo llevan a analizar la situación con la frialdad de la gente de mar. De hecho, me incita a escribir la historia reciente o una compilación de los insólitos episodios que se suceden en nuestro entorno laboral que debería titular "La república de las buenas maneras", lo estoy sopes(c)ando. Por si no lo había dicho, es un gran maestro del sarcasmo y la ironía. Ironía que a veces sucumbe ante las embestidas de una era incomprensible. Es entonces cuando se desmarca con máximas como la siguiente:

"Ormai ho scelto la mia compagna di vita, la mia donna ideale é la solitudine, cara, dolce e fedele, non mi lascierá mai. Anche quando la tradiró lei sará sempre al mio fianco"

Lo que viene a decir: "Yo ya he elegido mi compañera de vida, mi mujer ideal es la soledad, querida, dulce y fiel, jamás me abandonará. Incluso aunque la traicione, ella estará siempre a mi lado"

Ya lo sabéis, si algún día Alberto publica su obra y os vienen a contar las milongas habituales no olvidéis que yo ya os lo dije. En octubre se va a Tailandia y si no tenéis planes para el otoño tal vez os deje ir con él (abstenere varones y señoritas demasiado cercanas a cualquier confesión religiosa).

Si Alberto trabaja tras un mostrador de recepción, Vincenzo Pane (natural de Sortino) lo hace tras una barra de bar. Después de tantos años delante de la misma, pensó que todo el conocimiento adquirido en los centenares de bares que lo han visto hidratarse podría aplicarlo para saciar los anhelos alcohólicos de los demás. Y así lo hace, con una seriedad, orden y disciplina que no se cansa de citar, pero que no son más que la indolencia absoluta de un pintor que sirve copas para pagarse sus telas.


Al contrario que Barbagallo, éste si ha publicado un libro, "l'astrazione lirica". Se trata de un tratado de pintura revolucionaria que pretende desintoxicar el mundo del arte, al menos en Sicilia. Conoce su profesión, trabaja cada obra con una precisión de cirujano (plástico) y si no encuentra la inspiración descorcha una botella de vino o improvisa una parrillada con las viandas que logre encontrar.


Como decía, sus obras son estudiadas metódicamente. Prepara a conciencia las incisiones, los colores, la motivación etílica, todo. Una preparación que se verá culminada por un trabajo que en apenas unos segundos se ve plasmado en el cuadro (como el que podéis ver en la primera imagen) y que, a sabiendas de su sensibilidad estética, están integrando una obra sumamente interesante que no estaría mal que pudiera ser expuesta por algún inquieto galerista ibérico. No se arrepentiría. (a Vincenzo lo retrató, como podéis ver en la imagen adjunta, Diego Nipitella , otro pintor en ciernes).


Dos artistas que me congratula recomendar. Dos socios, dos amigos.

Pd. Os sorprenderia la puntualidad britànica de Alberto...


Antonio

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